lunes, 12 de abril de 2010
mis reflexiones en las horas de guardia...
La vida es un trozo de papel…
¿o quizás seamos nosotros el trozo de papel?
Nos arrugamos ante las dificultades, muchas promesas nos convierten en papel mojado,
aseguramos y perjuramos cosas sobre el papel agarrándonos a principios y orgullos sin sentido, los sentimientos se nos graban en tinta aunque otros se nos ensombrecen en una gran mancha que, por muchos esfuerzos, no desaparece, dejando un borrón sobre nosotros.
Algunos tienen marcadas una cuadrícula que respetan a rajatabla, actuando de forma rígida, inflexible y rigurosa, cuadrícula que otros, a pesar de tenerlas tatuadas, las ignoran en un alarde de rebeldía.
Algunos otros parten de folios de colores, papel charol, papel maché, cartón, papel satinado… material sobre el que erigir su personalidad y su rutina.
Dejamos huella en nuestro papel a ratos con rotulador permanente, otras veces con punzón hiriéndonos en cierta manera, con lápiz fácil de borrar, con tinta china para ocultar lo que escribimos, con pluma para trazar elegantes mensajes o con un vulgar bolígrafo Bic para pasar desapercibidos.
Todos partimos de una hoja en blanco sobre la que escribir anécdotas, miserias, alegrías, romances,… dibujar caricaturas que se convierten en ocasiones en muecas… trazar garabatos sin sentido, sin final…. pegar adhesivos para complementar el día a día y hacerlo más ameno… colorearnos en esos días grises…
Al fin y al cabo, somos el material humanizado sobre el que escribimos las lecciones de la vida cuando nos iniciamos en la escuela del mundo
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